lunes, 9 de abril de 2018

Crónica escasez de agua potable afecta al barrio La Piedras de la ciudad de Rivas


Una permanente escasez de agua, afecta desde hace más de seis años, a los habitantes del barrio Las Piedras de la ciudad de Rivas, dónde el suministro del vital líquido, está a cargo de un Comité de Agua Potable y Saneamiento, CAPS, que apuesta a la construcción de un nuevo pozo para solucionar el problema.
LÉSBER QUINTERO
Desde que inició la escasez, los habitantes se han visto obligados a comprar el vital líquido para disponer de agua en sus hogares, o esperar con mucha paciencia a que una cisterna de la alcaldía de Rivas, lo abastezca, de manera racionalizada.
Gladys Espinoza, habitante del sector noreste del barrio, asegura que para poder suplir la demanda de agua de las cinco personas que viven en su vivienda, se ve obligada a desembolsar 1200 córdobas semanales para la compra del vital líquido.
“Cada barril de 60 galones cuesta 50 córdobas y ciertamente ya estamos cansados de comprar el agua, y la esperanza de nosotros es que se construya un nuevo pozo”, explicó.
De acuerdo con los habitantes, para palear la problemática, la alcaldía les suministra el vital líquido dos veces por semana a través de una cisterna, pero la cantidad no suple la demanda de los hogares y por eso se ven obligados a comprar el agua.
Fátima Pérez, al igual que otras habitantes del barrio, confirmó que la cisterna de la alcaldía deja dos barriles de 12 latas por familia y que no solo se ven afectados por la escasa asignación, “ sino que también por el desorden en que se distribuye ya que hay quienes favorecen más que a otros”, indicó.
Asegura que en su casa tienen que destinar 600 córdobas semanales para la compra de agua para suplir las necesidades de los 7 integrantes de su familia y que ante la escasez han puesto en práctica medidas ahorrativas.
Gregoria Membreño Rodríguez de 74 años, es una de las habitantes de mayor edad en el barrio, que se ve obligada a sacar y meter barriles plásticos y metálicos a la calle para recolectar la porción de agua que le asigna la municipalidad.
“A mi edad, es algo triste estar en esta mete y saca de barriles y lo peor es que a veces ni pasa la cisterna dejándome el agua y pareciera que en esta tercera calle donde vivo la tienen abandonada”, relató Membreño desde el interior de su pulpería.
El problema de desabastecimiento de agua potable que vive en invierno y verano este barrio, lo confirmó el presidente del CAPS, Francisco Fariñas de 60 años.
Asegura que el origen del problema se debe a que el pozo que desde hace 22 años abastece al barrio, ha perdido el caudal y a este mal sumo que la bomba que utilizan para el suministro de agua, no tiene suficiente capacidad para suplir la demanda.
“La situación con el agua, inició a empeorar con la sequía que afecto el país entre el 2014 y 2017, ya que el pozo redujo drásticamente su caudal y creemos que ya dio su vida útil y la propuesta que la ha plateado a la alcaldía en la construcción de un nuevo pozo y en esa línea estanos trabajando”, detalló.
Dijo que el último censo indica que en el barrio existen 400 conexiones domiciliares, pero que debido a la problemática del pozo y la bomba el servicio llega únicamente a cien viviendas y cada seis días.
Confirmó que al resto de los habitantes carece totalmente del suministro y que de las cien conexiones domiciliares que recibe el suministro, el 50% hace uso de bombas succionadoras en los tubos madres, “acrecentado aún más la problemática y la inconformidad de los pobladores”, detalló
De acuerdo a declaraciones de Fariñas, la municipalidad ha mostrado interés en solucionar el desabastecimiento de agua de Las Piedras, y para impulsar un proyecto de perforación de un nuevo pozo, les ha solicitado actualizar el censo poblacional.
Mientras el nuevo pozo se hace realidad los recipientes continúan a orillas de la calle a la espera de la cisterna de la municipalidad o de dos camionetas que se dedican a entregar pedidos a domicilio entre ellas la de Omar Morales, quien también habita en Las Piedras.
Según este poblador, él se ha encargado de llevar agua a los afectados desde hace 4 años y asegura que los viajes de 5 barriles oscilan entre 200 y 250 córdobas según la distancia.
“Hay días en que realizó entre 7 y 10 viajes y en invierno los pedidos se reducen porque la gente recoge agua de lluvia para ahorrar dinero”, indicó Morales tas agregar que el vital líquido que distribuye, proviene de un pozo privado del barrio La Conchagua y que es apta para el consumo humano.


COMPARTE

0 comentarios: